Elisa Forti la abuela ultramaratonista, una bella historia de un corazón joven.

   “La vida es probar, para no arrepentirse de lo que hubiera podido hacer” Desafiando el paso de los años con la pasión de un corazón joven, cruzó por segunda vez la Cordillera de los Andes a pie recorriendo 104 kilómetros en tres días. Esta vez lo hizo en el desafío de “El Cruce” una competencia de running que dura tres días con etapas que oscilan entre 25 y 40 kilómetros cada una completando los 104 kilómetros en 72 horas. Esta carrera, fue muy  especial para «la abuela atleta», ya que corrió con Lihuel, uno de sus nietos de 19 años. Elisa cuenta que a pesar de su familia con cinco hijos siempre se dedicó al deporte. Primero al vóley  y luego al tenis. También se dedicó a la natación, pero el running recién lo abrazó de grande «hace siete u ocho años». «Empecé a entrenar los días sábados. Voy a correr al río en Vicente López todos los días. Ahí vuelve renovada y llena de energía», contó. Como un detalle no menor, Elisa también contó que el desafío de El Cruce lo realizó con una fisura en una costilla que «más allá del dolor», no le provocó ningún otro tipo de contratiempo. Sin dudas el ejemplo de Elisa Forti es uno de esos que hay que seguir.     
 

 

 

 

 

 
 

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